I.
Querido Paul, una vez alguien me envió una postal preciosa. Por eso, y por muchas otras pequeñas cosas que me hacían reir, tenía ganas de bailar, de noche. Extendí vales sin fecha de caducidad. Una vez alguien me miró de una manera preciosa. Por eso, y por muchas otras pequeñas cosas, quise que ese alguien fuese mi alguien.
Fui parasol cuando el sol quemaba y, parece ser, que sin darme cuenta seguí siéndolo cuando llegó el frío y parecía que el sol nunca salía. En este invierno, el peso de la nieve me quiere cerrar, me crea goteras.
II.
[El momento más feliz - La Casa Azul
http://www.myspace.com/lacasaazulband]
(Escúchala)
Como el sur de Noruega, como el este de China.
Como todas esas cosas que esparcimos, sin mirarnos, a través de los rascacielos. Todo sigue intacto, como sin rumbo, sin tener el pulso firme, sin mapa de carreteras.
A ciegas, sin querer levantar los párpados ni la memoria, con un hilo rojo y gastado en la voz, el que te arrancaste de la falda.
En las manchas solares, apercibidas de allanamiento de conciencia, en las paredes del metro y en el timbre de tu casa.
Contemplando indiferente los vacíos del vacío del despertar, las patas de mi mesilla de noche, las piedras que traje aquel verano con formas y colores de tu piel. Desde el ruido atronador de más allá de la ventana, que la historia se repite y se da la vuelta.
Los colores atraviesan, cálidos, las rendijas que sustentan lo poco de paz que albergaba mi cama. Como todas las noches, como ninguna mañana.
Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces
más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo
("Ud. es muy quedado, avíspese despierte")
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada a cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas esas cosas y por otras cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros
y de mí hasta el día del juicio final.
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He intentado quitarle versos para que fuera más corto.
He sido incapaz de borrar una sóla letra
D
Postales de encuentros y de desencuentros.
Imágenes de http://www.postsecretcommunity.com/
Tengamos la certeza de ser quienes no fuimos,
seamos los que fuimos sin saber quién nos contaba,
contábamos estrellas desde el portal de mi casa
y dejamos en la puerta todo lo que nos dejaba
inertes en el tiempo, rodeando las preguntas
que ni tú ni yo sabemos,
que no tenemos paciencia para estar en las rendijas
de las mantas que nos tapan,
de los nombres que nos faltan para ser el escondite
de los miedos y las hadas que nos siguen en la cama
recitando la carencia
que me exige que no vayas
tan lejos como pide el calor que nos faltaba...
...y digámonos adiós.
... hoy voy a utilizar el blog como herramienta de dominación mundial, digoooo, de denuncia social. Y es que, amigo mío, han subido los precios de los alimentos básicos. Así que, para estirar un poco más la cuenta y llegar a fin de mes, y para que Sally viera que sí que sé ahorrar, renuncié a las mejores galletas planetarias, ésas que me alegraban los desayunos, meriendas y recenas, las "petit écolier", amigo. Decidí comprar unas más baratas. El tamañano del paquete es exactamente el mismo, por lo que intuí que dentro habría 12 galletas, como en los de antes y ¡¡cuál ha sido mi sorpresa cuando me he dado cuenta de la estafa!! Aquí dejo una imagen ilustrativa, con humor gráfico incorporado.
Pues sí, como lo ves, la bandejita de plástico tiene un doble fondo y así, en vez de caber tres galletas por hueco, sólo caben dos. Una estafa, amigo, una estafa. No vuelvo a comprar galletas de "el corte inglés".
Y es que, a veces, más vale uno bueno que dos baratos.
Paul, ya me dirás cómo pones el efecto tachado aquí, que no lo he conseguido...
"Como ese niño que."
Como un niño en una heladería,
sin saber qué sabor elegir.
Los quiere todos,
un cucurucho con tres bolas bañadas de chocolate con leche.
Esa cara de sorpresa al descubrir los colores,
esos ojos sedientos al leer los sabores.
Así eras, soñando con que durmiera a tu lado.
Así dormías si prometía no irme antes de que llegara el Sol.
Así amanecías si había dormido a tu lado.
Ahora, si no es muy tarde, en un rato te sacias.
Más con la boca que con los ojos.
-" Una tarrina de una bola"
Y tiras el envase vacío, sin rebañar, al suelo.
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"- Por todo lo que me cuenta, ¿también debo suponer, Malcolm Ross -la vuelta la familiaridad en el trato me produjo un escalofrío, pero de gloria en aquella ocasión-, que hasta ahora no se ha declarado de ningún modo a mi hija?
- ¡No verbalmente, señor! - el sobreentendido a que podían lugar esas palabras me impresionó, no por su lado humorístico, sino por la sonrisa amable y serena que vi en el rostro del padre. El comentario que hizo estaba lleno de sarcasmo jocoso:
- ¡No verbalmente! ¡Eso sí que es peligroso! Claro, ella hubiera podido dudar de la veracidad de sus palabras e incluso no creerlas. "
[ La Joya de las Siete Estrellas. Bram Stoker. ]
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I.
Hemos escapado ya.
De la tormenta, nos queda el refugio
de mis miedos y tus deseos.
Tu deseo.
Has traído la oscuridad
para que pueda ver tus luces.
Y me soplas las entrañas y apagas,
una a una, todas mis velas.
He viajado en vientos de abismo.
Esta estación, tuya y mía, nos anuncia
que el tren ya salió, que, aunque llores,
nuestras sábanas están frías.
Hemos transitado los parques del hastío,
nos hemos columpiado en olvido,
y hemos castigado nuestros cuerpos
con otras manos, con otros templos.
II.
Sin nada que decirnos, amanecemos por el calor.
Te encuentro buscando una excusa, una razón,
sin saber que tu respuesta está sentada enfrente,
mirando tu horizonte.
Ya he dejado de buscar y no encontrar.
Quiero empezar a amar las horas
que se le van al día
y las noches que encierran tus párpados.
Porque me cambias los días de color,
y los colores de día.
Porque me corres por las venas
y te bombeo para seguir viviendo.
